2.11.05

Morretes (I)

A la mañana siguiente teníamos que coger el autobús a las 7:45. Yo me desperté a las siete, pero Anka se tuvo que despertar antes para llevar un móvil que tenía y que no era suyo a su casa, porque lo tenía que devolver (yo tampoco lo acabé de entender del todo). De todas formas nos encontramos en la estación. El viaje era por la Estrada da Graciosa, supuestamente muy chula y todo eso, pero como estaba llovisqueando (y teníamos un poco de... "como sueño") no vimos gran cosa. Cuando llegamos a Morretes nos quedamos comiendo algo en la estación y luego ya fuimos a lo que sería la visita turística.

Enfangándonos los zapatos
al ladito del río

En realidad es un pueblo pequeñito, yo diría que no hay gran cosa que ver. Pasa el río Nhundiaquara y lo más importante es que se come barreado, que es un plato basado en la carne de ternera. Nosotros no podíamos salirnos del guión y comimos barreado en un restaurante al lado del río. Creo que se deja cocinar durante 24 horas en una olla herméticamente cerrada (o casi), entonces queda toda deshilachada y caldosísima. A la hora de comer, se pone harina de mandioca y carne de esta. También se suele poner arroz (para variar) e incluso ¡naranja y plátano! En mi caso puse de todo menos naranja. Rellenándote el plato unas cuantas veces ya tienes el almuerzo, y de postre, un plátano que todavía quedaba.

En el restaurante, un bonito
contraluz después de comer

Después de comer dimos alguna otra vueltecita, entrando en algunas tiendas de artesanía, y vendían tucanes de madera, de esos con la base cuadrada y que la puedes girar. Anka también compró algunos dulces y cachaça para llevarse a Polonia.

Anka con su supercámara
en el centro del pueblo

Pero al poco rato se puso a llover y mira, con las horas que eran nos fuimos yendo para la estación (ahora la de tren) a esperar la vuelta. En el próximo post pondré las fotos del tren.